La tampografía
consiste en la transferencia de una imagen en dos dimensiones grabada en placas
de tampografía o clisé, a la pieza que se quiere imprimir por medio de un
tampón de silicona flexible que adapta la imagen a la superficie en tres dimensiones.
Es un proceso complementario a la serigrafía.
La intención
principal de este proyecto es la búsqueda de optimización de recursos, esto
comprende tanto los de tipo energético, minimizando los movimientos necesarios
de las piezas, como la mejora por medio de la reducción del mantenimiento de la
máquina y también el uso de materiales reciclables.
Esta máquina
tampográfica está orientada a las pymes, ofreciendo una ventaja operativa y
ergonómica sobre una máquina manual y una ventaja económica sobre las máquinas
semiautomáticas actuales.
Una máquina
manual representa un gasto de $5.000 y puede llegar a un máximo de 800
impresiones por hora exigiendo una tarea monótona y rutinaria. Por otro lado,
una Pyme, para poder acceder a una máquina semiautomática debe invertir aproximadamente
$50.000, lo que representaría desgaste motriz para el operario.
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